pero con harina de almendra, sirope de arce y ¡anacardos en la crema!


Ya veis qué receta tan sorprendente, es de lo mas original. Me ha encantado hacerla y no solo por la receta en sí, sino por tratarse también de un acontecimiento muy especial. Con ella participo en la promoción y difusión de un libro de cocina muy diferente, ¡memorable!:

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¿Y cómo hemos llegado hasta aquí? pues navegando ¡claro!

Hoy en día, gracias a las nuevas tecnologías, los círculos personales, la gente con la que te relacionas y “conoces” se amplía hasta el infinito y más allá. Así es como mi profesora de fotografía Jackie, una venezolana afincada en Canadá, me presentó a la memorable Mayi,  autora de este libro que vive en Panamá y que a su vez me hizo conocer a Marcela, argentina y fotógrafa del libro.

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Yo nunca he estado en estos países ni las he conocido en realidad, pero mi carácter social y extrovertido me hace conversar con ellas con toda naturalidad, preguntarles sobre el precio del sirope de arce y consultarnos que tal esta o aquella receta. Yo me siento como pez en el agua, soy feliz con toda esta comunicación y relación que, pese a ser virtual, yo la siento de lo más real.

Es tan original que además de las preciosas ilustraciones de Mayi, las fotografías de Marcela y el trabajo de un equipo fabuloso de colaboradores, incluye descargables para la lista de la compra y dibujitos para colorear.

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Por supuesto trucos de cocina y recetas de todo tipo, dulces

Como siempre he variado en algo los ingredientes y las cantidades, esta vez por necesidades de existencias y errores de cálculo en la lista de la compra. Pero aún improvisando sobre la marcha han salido genial, a mi me han encantado. No son nada empalagosas ni re-que-te-dulces, justo como a mi me gustan.

En la receta original utiliza aceite de almendras o de coco y aunque se explica en una sección muy interesante cómo obtenerlos en casa, por cuestión de tiempo y simplificar he utilizado aceite de girasol.


Las cantidades vienen en el sistema americano en tazas y no en gramos.  Cuando al volver de la compra con mis paquetitos de almendra molida vi que no eran suficientes decidí añadir coco rallado para completar y además compensar el no ponerles el aceite de coco.  Eso si, me vine con dos cocos para en cuanto pueda probar eso del 5 en 1 de Marcela: agua, leche, crema, harina y aceite.

En lugar de azúcar lleva sirope de arce que yo reconozco nunca había probado, ni en repostería ni siquiera en las tortitas. Me gustó mucho, tiene un sabor muy característico y particular. Con lo que a mi me apasiona experimentar y descubrir cosas nuevas en la cocina la verdad es que el reto me ha entusiasmado.

Por otra parte hacía muchísimo tiempo que quería incluir en un receta la combinación de semillas de amapola y limón, todo un clásico de sabores, en fabuloso, bueno al menos a mi me encanta lo de la textura crujiente.

El glaseado o crema sí que ha sido toda una revelación...

CUPCAKES
 

Precalentar el horno a 160-170º
Colocar las capsulas de cupcakes en la bandeja de hornear. Unas 12-14 unidades dependiendo del tamaño.

En un bol grande poner: harina de almendra, el coco, las semillas de amapola, y la levadura. Mezclar bien y reservar.


En un cazo o sartén poner a calentar a fuego muy bajo el aceite y el sirope de arce y remover hasta que se mezclen.  Añadir el zumo y la ralladura de limón.

Verter esta mezcla en el bol de los ingredientes secos que teníamos reservados.

En un recipiente pequeño batir los huevos y añadir a la mezcla anterior.
Añadir  los arándanos (reservar unos pocos para decorar). Remover con una cuchara de madera y  mezclar bien todos los ingredientes.

Rellenar con la mezcla las capsulas de cupcakes.




Hornear unos 25 minutos o hasta que se vean dorados por el borde.
Sacar del horno y de la bandeja. Enfriar sobre una rejilla al menos 30 minutos.




CREMA

Poner el yogurt griego en un filtro de café para escurrir y eliminar el suero durante unos 10 minutos aproximadamente. Descartar  el líquido.
Poner  los anacardos a remojo en agua unos 10 minutos.

Sacar los anacardos del agua y en una batidora o robot de cocina triturar junto con la vainilla, el sirope y el zumo+ralladura de limón. Batir y triturar muy bien hasta conseguir una pasta cremosa y suave.
Mezclar con el yogurt removiendo suavemente hasta integrar.  Conservar en un recipiente de cristal bien cerrado en la nevera hasta su uso.

Es una crema realmente buena, no tiene la consistencia sedosa de otros glaseados pero compensa con su magnífico sabor.  Para decorar las cupcakes extenderla con una cuchara o espátula, no será adecuada para usar manga pastelera. 
La crema se conserva bien en nevera en un recipiente bien tapado pero una vez utilizada para decorar sobre las cupcakes debe consumirse en el momento.


Aunque no lo necesitan les he añadido un sirope casero de frutos rojos. Este verano he tenido la suerte de poder recogerlos directamente y se conserva fenomenal en el congelador.